Navarra está repleta de tesoros históricos de todas las épocas. Quizá la época medieval es una de las más espectaculares y donde el visitante que llega a tierras navarras o el navarro que quiere descubrir su propia tierra puede visitar lugares únicos. Descubrimos el sabor medieval del Reyno de Navarra, tomando como punto de partida el majestuoso Palacio Real de Olite, uno de los mejores conservados del país y famoso por su belleza. Después nos dirigimos a la poderosa Iglesia-Fortaleza de Ujué, uno de los principales lugares de culto navarro a la par que espectacular mirador sobre los Pirineos al norte y el desierto de las Bardenas al Sur.
Palacio Real de Olite; la majestuosa sede del Reino
Descubrimos el Palacio Real de Olite, sede real del Reyno de Navarra- erigido durante los siglos XIII y XIV y que presenta un excelente estado de conservación. El palacio domina la villa y paseando por sus calles nos deleitamos con el sabor y la estructura medieval de sus rúas estrechas, flanqueadas por casas de piedra y dos importantes iglesias -San Pedro y Santa María la Real-. Tierra de vinos, Olite es sede el Consejo Regulador D.O. Navarra y cuenta con bodegas de prestigio, donde podremos degustar o adquirir todo el sabor de los caldos navarros.
Monumento Nacional desde 1925, la antigua corte de los Reyes navarros se estableció en Olite, en uno de los castillos medievales más lujosos de Europa. Su construcción se llevó a cabo sobre una fortaleza del S.XIII, que a su vez se erigió sobre unos restos arquitectónicos romanos.
En su peculiar configuración se palpa la influencia de la arquitectura francesa y de la decoración mudéjar. De esto se encargó, en el S.XV, el rey Carlos III el Noble, quien hizo que los maestros artesanos encargados de la obra viajaran con él a Francia y a Castilla para contemplar los palacios más espléndidos del momento.
Esta abundancia económica resultó en un castillo extravagante, de estilo gótico, a base de torres, estancias, galerías, jardines y patios construidos con los más nobles materiales y acabados con una profusa decoración. En sus murallas se llegó a cultivar un jardín colgante y en sus patios habitaban todo tipo de animales como cisnes, animales exóticos y jaurías de perros. Un palacio con mucha vida en el que se celebraban grandes fiestas, torneos de caballería, espectáculos artísticos y corridas de toros.
Actualmente el Palacio Real tiene dos partes bien diferenciadas:
- Palacio Viejo que alberga un Parador Nacional
- Palacio Nuevo abierto a los visitantes y que luce su aspecto actual gracias a una restauración acometida en 1937 tras el incendio provocado en la Guerra de la Independencia.
Los puntos de referencia del Palacio Real de Olite son:
- Las cámaras reales: en el núcleo central y alrededor de las cuales se distribuye el resto del castillo. Destacan los ventanales abocinados y el patio del naranjo, al que se accede desde la cámara de la reina.
- La torres: se alzan sobre las cámaras reales y de entre todas destacamos tres: la del Homenaje, la más alta y espectacular; la de las Tres Coronas, de formas caprichosas; y la de los Cuatro Vientos, desde la que antaño se asistía a los torneos y hoy en día brinda unas hermosas vistas del casco urbano y los viñedos que lo rodean.
- El pozo de hielo: en la parte sombría del castillo encontrarás este pozo que servía para almacenar capas de nieve y conservar alimentos. Lo reconocerás porque su enorme tapadera recuerda a una cáscara de huevo.
- Los jardines: tanto el principal, a la entrada del recinto, que solía estar repleto de naranjos, como el de la Pajarera y el de la Morera. En este último encontrarás una morera centenaria declarada Monumento Natural.
Iglesia -Fortaleza de Ujué; el balcón de Navarra
A menos de 20 kilómetros de Olite, se levanta la Iglesia-Fortaleza de Ujué, uno de los principales lugares de culto navarro a la par que espectacular mirador sobre los Pirineos al norte y el desierto de las Bardenas al Sur. Un templo en origen románico, embebido por diferentes construcciones que lo rodean y enmascaran y con un peculiar aspecto de fortaleza militar. Paseamos por esta villa medieval de empinadas calles y, para coger fuerzas, podemos degustar las típicas y contundentes migas o los frutos secos garrapiñados.
El santuario de Santa María de Ujué se edificó por orden del rey navarro Sancho Ramírez sobre una iglesia románica del siglo XI. Después, Carlos II el Malo, ordenó el derribo de parte de las naves para construir una amplia nave central gótica, conservando parte del templo románico. El monarca también mandó la construcción de pasos de ronda que rodean la iglesia y torres almenadas que dan al conjunto un aspecto de fortificación. En su fachada sur, el paso se transforma en una galería abierta que proporciona una amplia perspectiva sobre la ribera de Navarra e incluso sobre los Pirineos.
El templo posee una de las portadas góticas más ricamente decoradas de Navarra. Se aprecian relieves alusivos a la vendimia, animales, escenas de la vida de Jesús, una curiosa Ultima Cena con un gallo y en lo alto una estrella con los tres magos sonrientes y un cuarto personaje vestido de clérigo que es el rey Carlos II.
En el ábside central, se conserva la imagen de la Virgen de Ujué; una talla única elaborada en madera hacia 1190. Obra cumbre de la imaginería del románico en Navarra, Carlos II el Malo, de la Casa de Evreux, mandó forrarla en plata en el siglo XIV, como muestra de su especial predilección tanto por la Villa como por la adoración de la Virgen de Ujué. En su testamento dejó escrito el deseo de que su corazón reposara junto a la imagen, como así se puede comprobar por el arca que lo contiene, a los pies de Nuestra Señora de Ujué.
La leyenda arraigada en la tradición local, atribuye el origen de Ujué al milagro vivido por un pastor que se hallaba cuidando su rebaño, cuando fue atraído por el vuelo de una paloma que repetidamente entraba y salía de un agujero, incitando al pastor a mirar en él. El pastor trepó hasta el lugar y descubrió allí una imagen de Santa María. Atraídas por el hallazgo las gentes de los poblados vecinos decidieron asentarse en el lugar de la aparición para así cuidar y honrar a la virgen, dando lugar al nacimiento de Ujué. A largo de la historia Ujué se ha convertido en lugar de peregrinaje para rendir culto a la Virgen, recreando sus calles y edificios una aureola mezcla de religiosidad y misticismo histórico que tiene su momento cumbre todos los años, el domingo siguiente a San Marcos (25 de abril). Gran parte de los pueblos de la zona media celebran romerías a la Virgen de Ujué.
Visita Olite y Ujué con Rutas Vivamus
Rutas Vivamus lleva muchos años descubriendo a visitantes y grupos escolares estos dos lugares únicos. Adaptamos la visita a las necesidades del grupo para que disfrute al máximo. Puedes hacerlo en familia o con tus amigos. El castillo de Olite hará las delicias de los más pequeños. Si eres un centro escolar, tenemos visitas y excursiones especialmente diseñadas para los más pequeños con visitas combinadas con el Cerco de Artajona. Llámanos al 617 189 957 y disfruta del sabor medieval del Reino de Navarra.
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